Para Julián Barrio, una "institución natural, fundamental y universal como la familia" no debe ser manipulada por nadie, pese a que reconoce que debe ser respetado el pluralismo de la sociedad moderna y la libertad religiosa.

El prelado señala en un documento que hoy difundió el Arzobispado de Santiago que promover otras formas de relación entre los individuos con la intención de equipararlas al matrimonio constituye "una herida y una ruina para la mism sociedad".

"Es evidente", dice, "que la regulación jurídica civil del denominado derecho de familia se está distanciando cada vez más de la concepción cristiana del mismo".

Asimismo, sostiene que la concepción de la familia corre el riesgo de ser frivolizada a causa de la reivindicación de "los derechos de la anarquía sexual".

Según el arzobispo, la regulación legal de las uniones de hecho no puede derivar en ningún bien común, ya que mantiene que de esta forma el hombre intenta decidir autnomamente la naturaleza de las cosas.

Julián Barrio entiende que debe existir una reconciliación entre verdad, libertad y bien moral para que el hombre no quede a merced de su capricho y no convierta el deseo como norma absoluta, jusficando la permisividad total.