Santamarta, que ha batido todos los récords de las pruebas en las que ha participado, pulverizó esta tarde el de 800 metros B-1 (ceguera total). Según su entrenador, Benito Peláez, "las cosas han salido con precisión milimétrica".

Peláez comentó así los planes de la final: "Debiamos salir fuerte y corriendo con regularidad para marcar 1'05" en el prier paso por los 400 metros; luego había que mantener el ritmo y machacar a la segunda, que pensábamos iba a ser la checa, en los últimos 200 metros".

Al final, Benito Peláez mostró su satisfacción porque "todo ha salido como estaba previsto y además porque los 800 metros no es la especialidad de Puri, ya que sólo ha corrido dos veces esta distancia".

De cualquier forma, Santamarta afirmó que "de no ser por el aplauso del público, que se venía encima en la recta de tribuna, yo no hubiera podido acbar la carrera".

La atleta burgalesa afirmó que de sus cuatro medallas de oro, ésta ha sido la más inesperada y la más complicada. "El 800 es una distancia que no domino. He conseguido el oro por los ánimos del equipo y, sobre todo, por las gradas, que en los últimos 300 metros me han llevado en volandas hasta la meta", manifestó.

Santamarta aseguró que la clave de la final estuvo en los últimos 300 metros, cuando "sintió" que era superada por la lituana Kriauciuniene. "En aquel momento iba en deadencia; entonces aguanté un poco, tal y como teniamos previsto, y cuando oí a la gente gritar sabía que sólo quedaban 100 metros y aproveché para recuperar el primer puesto", comentó.