La presentación fue precedidade un número escénico en el que Petra se desenvolvía sin problemas, pese a su discapacidad física, en actos cotidianos como encender el televisor, preparar el café y tomarse una taza o desenvolver la compra. Un decorado de Mariscal, con la característica sencillez expresiva de su grafismo, fue el marco de las evoluciones de Petra.

Antes de despejar la verdadera identidad de la Petra de carne y hueso que recorrió en moto el Estadio Olímpico durante la ceremonia de apertura de los Juegos, Javier Marisca explicó que "en el momento de la creación de Petra, pensaba que no podía existir, pero entonces apareció Lorenza."

El artista valenciano afincado en Barcelona habló de una persona "llena de energía y con mucha marcha, un artista que pinta y dibuja, es capaz de comer ostras de forma elegante, vive". Javier Mariscal apostilló que en este caso, "la realidad ha superado a la ficción".

En su contacto con el público asistente, Lorenza aclaró que su apelativo responde a una "época pasada en que tuve un vida de travestí fortísima".

Una amiga suya de Kassel, que había realizado danza junto a él, habló de él y "me llegaron a buscar a través de anuncios en la prensa". Lorenza, que ha reemplazado al autómata que inicialmente debía dar movimiento a la mascota, considera a Petra "una caricatura de mí, pues me intereso por todo y nada, cambio de ideas a menudo".

El artista chileno contó que perdió los brazos a los nueve años, al intentar rescatar un pájaro anidado en la corona de un poste eléctrico. U falso movimiento le hizo perder el equilibrio y caer e instintivamente tuvo que agarrarse a los cables de alta tensión.

La terrible descarga que recibió obligó a los médicos a proceder a la amputación. La prodigiosa flexibilidad y habilidad de sus piernas la empezó a adquirir en un centro terapéutico de la ciudad alemana de Heidelberg.

Durante un tiempo usó prótesis, "pero no me gustaban nada y pronto decidí quitármelas de encima". Lorenza pasó momentos de crisis, que le condujeron más de una ve a ensayar el suicidio. "En uno de los intentos aprendí a nadar, pues mi objetivo era ahogarme", dijo.

Este artista polifácetico empezó su carrera con miniaturas que pintaba con la boca, pequeños bosquejos que con el ejercicio ganaron forma y demostraron la existencia de un talento, que después exhibió con los pies "que tuve que usar para pintar cosas más grandes".

Aseguró que en la actualidad, "todos envidian mis piernas", para remachar que "quien quiere encontrar un camino, acaba encontrándolo.