PARALIMPICOS. EL EQUIPO ESPAÑOL DE VELA ADAPTADA, SUBCAMPEON DEL MUNDO, ESPERATOMARSE LA LA REVANCHA EN EL TROFEO INFANTA CRISTINA
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La selección española de vela adaptada para discapacitados, que el pasado domingo consiguió las medallas de plata y bronce en su primera participación en un campeonato del mundo, espera tomarse la revancha en el Trofeo Infanta Cristina, que se disputa en dos jornadas en el puerto olímpico de Barcelona como continuación del mundial.
El equipo español, integrado por ocho tripulantes ya que, como país anfitrión, es laúnica nación que cuenta con dos embarcaciones en la competición, dedicó la jornada de descanso a recuperar la moral perdida. Sólo un cúmulo de pequeñas circunstancias, entre ellas una maniobra irregular de los británicos que no fue observada por los jueces, pudo arrebatarles el campeonato.
El velero 7, que se hizo con el subtítulo mundial, está patroneado por Pepe Ramírez y formada por Enrique San Emeterio y Tomás Lozano. Todos ellos padecen discapacidades en las piernas por poliomelitis.
Ramírez como buen canario, es el que más experiencia tiene, y navega desde que tenía nueve años. Un accidente mermó sus facultades físicas hace ocho años, pero no le impidió seguir practicando su deporte favorito, tanto en competiciones normales como en pruebas específicas para minusválidos.
El santanderino San Emeterio lleva también más de 10 años dedicado a la navegación en clase crucero, que es la única que, por las características del barco, permite a los discapacitados integrarse en una tripulación convncional.
Por contra, Tomás Lozano, natural de Elche, pero residente en Barcelona desde hace 5 años, apenas lleva un año regateando y ésta ha sido su primera intervención en una competición de alto nivel.
"Es lamentable que no hayamos conseguido el campeonato", comentaba hoy el patrón antes de tomar la salida. Pese a todo, nuestra actuación ha sido más que buena en términos generales y conseguir cuatro primeros puestos ante naciones con mucha más experiencia en este tipo de pruebas como Gran Bretaa y Noruega, está bien".
La principal dificultad con la que se han topado Ramírez y San Emeterio ha sido la adaptación al tipo especial de velero utilizado en las pruebas adaptadas. Las embarcaciones tienen una quilla fija para lograr una mayor estabilidad y evitar que la nave vuelque, y además presentan dos bancadas adicionales para facilitar el desplazamiento de los amputados.
La aspiración de estos navegantes, como la de la mayoría de los deportistas paralímpicos, es poder competir con persona normales sin que existan categorías especiales para los disminuidos.
"Para nosotros es fundamental tener un trabajo porque miras la vida de otro modo y tienes más ambiciones, pero desde luego competir es una forma también de integración, que debería potenciarse porque, aunque hay deportes específicos para disminuidos, existen muchos otros que pueden adaptarse y, algunos, compartirse; creo que a mucha gente normal le parecería chulo participar en las carreras de triciclos", opinaba Tomás.
En el cao de la vela, esta posibilidad es sin duda mayor, "aunque lógicamente tenemos una menor movilidad y capacidad de maniobra", apuntaba el patrón. Sin embargo, para Tomás, no existe inconveniente.
"Creo que muchos de los participantes en esta regata tienen más capacidad de movilidad, lo que pasa es que hay que hacer de tripas corazón y, aunque pienses que no puedes hacerlo y te dés muchos golpes, si te tienes que tirar te tiras y al final resulta que has podido y tu fuerza es mucho mayor que la de las pesonas normales dentro del barco".
En el caso de los ciegos, la falta de vista tampoco supone un excesivo problema a la hora de navegar en una tripulación mixta. "Todo lo contrario, María es increíble. Muchas veces nos avisa de cuando el barco corre bien y nosostros ni siquiera nos habíamos dadao cuenta", explicaba Manel Amat.
Amat, al que le faltan las dos piernas, consiguió la medalla de bronce a bordo del velero 15, capitaneado por Paco Llobet (paralítico) y tripulado también por María Enciso (iega total). Todos son de Barcelona y llegaron a practicar la vela gracias a la escuela especial creada hace ya dos años por Vicky Fumadó, compañera de competición durante un par de años de la infanta Cristina en clase 470.
El equipo nacional queda completo con los reservas Victoria Martínez y Francisco Arranz, ambos naturales de Madrid y el entrenador Luis García quien, según sus pupilos, tiene "las condiciones ideales para enseñar a dar el máximo de tus posibilidades".
(SERVIMEDIA)
08 Sep 1992
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