Ramón, de 36 años, está a la espera de su tercer hijo y actualmente cobra 80.000 pesetas mensuales como subsidio de desempleo, pero dejará de percibir esta cantidad el próximo mes de abril, fecha en la que nacerá su hijo.

En declaraciones realizadas al rotativo "Navarra Hoy", relata su periplo por diversas ciudades españolas en busca de un empleo y asegura que, "antes de tener que salir a robar para mantener a m familia, prefiero probar otras posibilidades".

Respecto a la donación de un riñón, Ramón niega que se trate de una venta de órganos, circunstancia que está penada por la ley, y afirma que "todo lo hago por salir del pozo, por tener una vida privada y formar un hogar como el de cualquier otra persona".

Después de trabajar en diferentes ciudades en el sector del transporte y de la hostelería, hace unos años, decidió vender sus pertenencias y marcharse con su familia a Canarias, pero su hija no se daptó al clima isleño y los médicos aconsejaron un cambio de residencia. Posteriormente, Ramón se dirigió a Portugal y a Vigo, donde trabajó esporádicamente en el puerto.

A su regreso a Pamplona, recorrió toda la ciudad en busca de un empleo y cada día acude a la oficina del INEM para ver las ofertas. "Te presentas, te cogen los datos y después nunca te llaman", se queja.

Por todo ello, decidió que la única solución era montar un negocio como autónomo y acudió a varias entidades bancarias para peir un crédito, pero le exigieron un aval. Al no poder disponer de él, Ramón pensó en la posibilidad de donar un riñón y acudió al médico, quien le confirmó que no tendría problemas para vivir con un sólo órgano.