Fernando García, un padre de familia de 49 años con dos hijos, en paro desde hace dos años, pidió en rueda de prensa "perdón a Fidalgo, a los trabajadores en general, por lo que significa el Primero de Mayo, y sobre todo a los trabajadores de Sintel por el perjuicio que les pueda causar mi comportamiento de ayer".

García afirmó que no tenía intención de causar daños. "Siento mucho las consecuencias de lo ocurrido y no sé cómo he podido perder los nerios, quizás por la situación en que me encuentro: soy uno de los que se les ha acabado ya el paro, tengo esposa y dos hijos y me encuentro muy nervioso".

Añadió que "me considero engañado por el Gobierno, por Telefónica y por mi propio sindicato". García calificó su situación de "desesperada", ya que, DIJO, "me encuentro en un callejón sin salida".

FOTO DE "ABC"

El ex trabajador de Sintel reconoció que ayer no estaba seguro de que él hubiera sido el autor del golpe que lesionó a Fidalgo, pero tas la fotografía que hoy publicó en primera página el diario "ABC", decidió asumir sus responsabilidades.

"Quiero decir además que ayer no tenía muy claro haber sido yo el que le dió. Hoy he visto el 'ABC' y parece que soy yo, pero no tenía yo muy claro que hubiera sido yo", afirmó García, que anunció también que tras la comparecencia ante los periodistas iría a prestar declaración a comisaría.

Por su parte, el presidente de la Asociación para la Colaboración con los Trabajadores de Sintel, Adolf Jiménez, señaló que las movilizaciones de estos trabajadores siempre han sido pacíficas y que estaban "consternados por lo ocurrido".

La asociación se hará cargo de la defensa jurídica de Fernando García y seguirá buscando que se cumplan los acuerdos que levantaron el campamento de Sintel en el Paseo de la Castellana hace dos años, ya que todavía no les han ofrecido ni un contrato de trabajo a los 1.200 afectados, de los cuales ya han agotado el seguro de desempleo unos 500.

Jiménez propuso al mnistro de Trabajo, Eduardo Zaplana, mantener una reunión "de la forma que quiera y con las personas que quiera, pero no estamos dispuestos en absoluto a que se nos denigre, se nos insulte y se nos criminalice, precisamente porque estamos defendiendo tener un puesto de trabajo digno para alimentar a nuestra familia. Nos quedan 20 años para jubilarnos y nos han robado todo", concluyó.