El informe describe el historial de WMI y recuerda que está catalogada como la compañía más penada de los Estados Unidos, conocida por detentar el "record" de multas por agresiones al medio ambiete, por las que ha tenido que pagar ya unos 4.500 millones de pesetas entre 1980 y 1990.

Además, esa empresa figura en las investigaciones oficiales como tachada por sus prácticas monopolistas y agresiones a sus competidores.

En cuanto a los problemas que han sufrido las incineradoras de WMI en Estados Unidos, Greenpeace hace un recuento de los más importantes, que incluyen accidentes graves, fallos de funcioamiento, incineración ilegal de residuos, falsificación de documentos, incineración de reiduos radiactivos sin permiso, desconexión de los sistemas de filtrado a propósito, vertidos de sustancias cancerígenas al alcantarillado público, desconexión de los sistemas de control de la incineradora, almacenamientos ilegales de residuos y conducta temeraria.

También recuerda que la incineradora instalada por esa empresa en Chicago, fue cerrada por la Agencia de Medio Ambiente Americana, debido a los gravísimos problemas medioambientales que generaba.

Anteriormente, los responsables de Mayas habían mantenido conversaciones con la compañía británica ReChem, bien conocida en Europa, según Greenpeace, por su "negro" historial ambiental; unas negociaciones que fueron duramente criticadas por esa organización ecologista internacional.

En cuanto al "palmarés" de las incineradoras de WMI en Texas y Chicago, que fueron las que una delegación de las Cortes de Castilla-La Mancha visitó en septiembre de 1991, el informe de Greenpeace asegura que presentan una larga cronología de accidentes, fallos e funcionamiento, falsificaciones, escapes y vertidos que han llegado a la empresa a numerosos juicios y al pago de multas muy elevadas.