El juicio es consecuencia de las denuncias interpuestas contra la papelera por Greenpeace, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, la Diputación Provincial de Zaragoza y algunos ayuntamientos.

Greenpeace mantiene ue la factoría "La Montañesa", que Sarrió Papel y Celulosa tiene ubicada en la ciudad de Zaragoza ha duplicado ilegalmente sus vertidos, sin permiso administrativo, como consecuencia del aumento de la producción, que pasó de 75.000 toneladas aunales de pasta de papel y 45.000 de papel a 150.000 y 92.000 toneladas anuales, respectivamente, en marzo de 1992.

Según la organización ecologista, un informe de marzo de 1992 de la Confederación Hidrográfica del Ebro confirma que el vertido habitual de esta inustria duplica el de su autorización.

Mario Rodríguez, portavoz de Greenpeace, aseguró que "los directivos y responsables de 'La Montañesa' han continuado con su política de incremento de la producción, ignorando los requerimientos para corregir los vertidos, lo que les ha supuesto la incoación de innumerables expendientes sancionadores".

Asimismo, denunció que el empleo de compuestos de cloro en la secuencia de blanqueo de papel provoca que la empresa vierta grandes cantidades de compuestos orgaoclorados, como las dioxinas y los furanos, sustancias de elevada toxicidad.