Según dicho Consejo, la decisión fue adoptada al considerar que, en las actuales circunstancias, era "una medida imprescindible para continuar la actividad empresarial, mantener el mayor número posible de puestos de trabajo, salvar las unidades empresariales rentables y defender el patrimonio de la Sociedad".

De este modo, al mantener la continuidad de la actividad empesarial, el grupo Papelera mantiene a su vez los puestos de trabajo sin tener que presentar por el momento una reducción de personal.

El grupo pararía su producción si en un plazo de 20 días no consigue el activo circulante para la compra de matería prima. Tras la presentación de la quiebra, el Consejo de Administración y la gestión cesaron en sus funciones.

La decisión de presentar la quiebra voluntaria es consecuencia, según se asegura en la nota de Papelera Española, de la "falta de tesorería"y no "por un déficit contable patrimonial".

En la actualidad, todas las plantas industriales del grupo, continúa la nota, tienen alternativas reales de funcionamiento y añaden que la clave para la continuación de la sociedad es la llegada inmediata de fondos.

El exigible del balance presentado de la Papelera Española es de 27.790 millones de pesetas, de los que 20.384 millones corresponden a acreedores de la suspensión de pagos que se levantó en 1993. Del resto 6.131 millones corresponden a Instiucines Públicas, (Gobierno Vasco, Haciendas Forales y Seguridad Social).

El exigible, en relación a finales de 1992, no creció, excepto en el capítulo de Instituciones Públicas (parte del crédito 3R para empresas con problemas, haciendas Forales y Seguridad Social).

A juicio de los gestores, las circunstancias objetivas de la sociedad, se han visto agravadas debido a las noticias dadas a conocer en los últimos días lo que "ha hecho imposible la actividad normal de la empresa".

El Consejo de dministración de Papelera apuesta por la superviviencia y la viabilidad de Papresa, la planta de papel prensa que tiene en Rentería (Guipúzcoa), para quien la clave de la supervivencia está en la incorporación de un socio inversor del sector.

Aunque señala en este sentido que, en todas las gestiones realizadas por la empresa en la búsqueda de inversores, "se ha detectado interés por el mercado y la actividad de la empresa, no por la inversión".