En este sentido, el Papa recuerda que la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede ha alertado del peligro "que comporta asumir acriticamente, por prte de algunos teólogos de la liberación, tesis y metodologías derivadas del marxismo".

El pontífice recuerda las palabra del Papa Pío XII cuando animó a los teólogos y filósofos católicos a no descuidar las opiniones que se apartan del "recto camino" porque en ocasiones esconden "algo de verdad".

Asimismo, señala Juan Pablo II que el Evangelio no es contrario tampoco a determinadas culturas. Por el contrario, anima a las culturas "a abrirse a la novedad de la verdad evangélica" y se refiere en cncreto a las tradiciones orientales y africanas.

Sin embargo, matiza "que cuando la Iglesia entra en contacto con grandes culturas a las que anteriormente no había llegado, no puede olvidar lo que ha adquirido en la inculturación en el pensamiento grecolatino".

Otro de los peligros que cita es el "cientificismo", ya que advierte que la búsqueda de la verdad no debe ceñirse exclusivamente a la conquista de verdades parciales, factuales o científicas.

"En este momento", argumenta el Papa, "puee ser útil hacer una rápida referencia a estas diversas formas de verdad. Las más numerosas son las que se apoyan sobre evidencias inmediatas o confirmadas experimentalmente. Este es el orden de verdad propio de la vida diaria y de la investigación científica".

Finalmente, Juan Pablo II se dirige a los profesores de filosofía, para que "tengan la valentía de recuperar, siguiendo una tradición filosófica perennemente válida, las dimensiones de auténtica sabiduría y de verdad" y se dejen interpelar "porlas exigencias que provienen de la palabra de Dios".