EL PAPA ALERTA SOBRE EL AUGE DEL TURISMO SEXUAL EN SU MENSAJE PARA LA XXII JORNADA MUNDIAL DEL TURISMO, QUE SE CELEBRA MAÑANA
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El papa Juan Pablo II ha lamentado la explotación sexual sin escrúpulos de mujeres y niños, en un mensaje hecho público con motivo de la XXII Jornada Mundial del Turismo, que se celebra mañana bajo el lema "El tursmo: instrumento al servicio de la paz y del diálogo entre las civilizaciones".
"Para las comunidades receptoras, el turismo es muchas veces una oportunidad para vender los productos llamados 'exóticos'", afirma el Santo Padre. "Surgen así centros de vacaciones sofisticados o caracterizados por un 'exotismo superficial', para los curiosos que anhelan nuevas sensaciones. Desafortunadamente, este deseo desenfrenado llega a veces a aberraciones humillantes, como la explotación de mujeres y niños en un coercio sexual sin escrúpulos, que constituye un escándalo intolerable".
Juan Pablo II agrega que es preciso hacer todo lo posible para que el turismo no llege a ser en ningún caso una forma moderna de explotación, "sino que sea ocasión de un útil intercambio de experiencias y de un diálogo fructífero entre distintas civilizaciones".
En su mensaje con motivo de la Jornada Mundial del Turismo, el Papa, que anima a promover una "justa ética del turismo" y un "turismo solidario", destaca también los apectos positivos de la actividad turística, que puede constituir un beneficio para aquellos que viajan y para las comunidades que acogen a los visitantes, así como "un precioso servicio a la paz" y a "la construcción de una sociedad más solidaria y fraterna".
"El turismo pone en contacto con otras maneras de vivir, otras religiones, otra formas de ver el mundo y su historia. Eso lleva al hombre a descubrirse a sí mismo y a los demás (...) Surge así una nueva visión de los demás, que evita el peligro d permanecer replegados sobre sí mismos", continúa el mensaje.
Sin embargo, según Juan Pablo II, también se corre el peligro de "transformar en bienes de consumo la cultura, las ceremonias religiosas y las fiestas étnicas, las cuales se empobrecen progresivamente para responder a los deseos de un mayor número de turistas".
Finalmente, el Santo Padre aboga por establecer relaciones de "igual a igual" en la actividad turística y por "garantizar a los habitantes de las localidades turísticas una oporuna participación en la planificación de la actividad turística, precisando bien los límites económicos, ecológicos y culturales".
(SERVIMEDIA)
26 Sep 2001
CAA