Así lo explicó en los pasillos del Senado el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, quien recordó que estas personas, que forman parte del grupo de 13 deportados que han sido acogidos por estados de la E, no tienen ningún procedimiento abierto ni ninguna causa pendiente en ningún país europeo y, por tanto, "tienen libertad de movimientos".

Piqué indicó que los palestinos han aceptado voluntariamente ser sometidos a protección policial, "que también sirve de control de estas personas".

En el caso concreto de España, "el estatuto jurídico más razonable es concederles un permiso de residencia temporal como desplazados y, según el acuerdo europeo, serán acogidos temporalmente por un plazo que en prncipio no excedería de un año y que se hace por razones humanitarias", dijo.

El ministro aventuró que si hubiera una solicitud de extradición por parte de Israel, "habría que analizarla a través de los mecanismos normales del estado de derecho", pero aseguró que la UE tiene el compromiso de Israel de que no va a llevar a cabo esa reclamación.

Sobre las distintas posturas entre los países asumidas en el seno de la Unión sobre este asunto, Piqué quiso quitar hierro diciendo que sin la "magnífica inervención" de la UE las tropas israelíes aún mantendrían el asedio a la Basílica de Belén o al cuartel general de Yaser Arafat en Ramala.

También defendió la actitud de Gran Bretaña, ya que aunque no ha acogido a ninguno de estos trece deportados, han colaborado en otros aspectos, como en la custodia de los palestinos acusados de haber asesinado a un ministro israelí o en el propio traslado en avión de su ejército de estos deportados desde Palestina a Chipre.