Esa cantidad, aunque supone un claro recorte frente a los 105.000 millones de euros contabilizados en 1996, es más del triple de lo que los Quince aportan para ayuda al desarollo de los paises pobres, de acuerdo con los datos de la Comisión Europea.

Por paises, Alemania fue el que otorgó más ayudas estatales en 2000 (25.000 millones de euros), seguida por Francia (15.700 millones de euros) e Italia (10.400 millones de euros).

En términos relativos, las subvenciones estatales a empresas supone el 0,99% del PIB de los Quince, aunque con grandes disparidades nacionales, que van desde el 0,46% en el Reino Unido al 1,44% en Finlandia, país que otorga importantes ayudas a u agricultura.

El comisario de Competencia, Mario Monti, se felicitó de la reducción global de las ayudas entre 1996 y 2000, pero animó a los Estados miembros a rebajarlas todavía más y reorientarlas hacia áreas de interés común, como el medio ambiente, empleo, I+D, y apoyo a pequeñas y medianas empresas.