En el acto, arremetió duramente contra quienes apoyan la violencia y criticó también la actitud de los nacionalistas. "La única autodeterminación que hace falta en Euskadi es que todo el mundo sea libre", dijo.

Zapatero crgó contra el "atavismo insensato" de quienes tratan de situar al País Vasco contra la España constitucional, mientras Europa avanza hacia una identidad colectiva.

"Algunos que han gobernado se merecen una crítica demoledora", dijo en clara referencia al PNV, si bien pidió a sus militantes que hagan una campaña electoral ejemplar, basada en propuestas constructivas, y no en la confrontación.

El líder socialista expresó insistentemente su deseo de visitar Euskadi sin necesidad de hablar de terrorimo, ni de defensa de la paz, y consideró que será posible hacerlo. Para ello, abogó por el diálogo y garantizó a sus militantes que, tras las elecciones, sólo apoyarán una opción que garantice ante todo la libertad de todos los vascos y la defensa de los principios constitucionales y estatutarios.

Acto seguido, Zapatero atacó a los nacionalistas por "tratar de construir un mundo imaginario e inexistente" y por tener miedo al pueblo y a sus deseos expresados en las urnas, como demuestra, en su opinión,la negativa del lehendakari a adelantar la elecciones.

A quienes le dicen, como Arzallus, que su liderazgo tiene fecha de caducidad, como un yogur, Zapatero reclamó "respeto por la historia y la solera del PSOE. Algunos sí que están caducos".

Tanto Zapatero como el secretario general de los socialistas vascos, Nicolás Redondo Terreros, insistieron en que la razón ganará la batalla sobre la violencia y, tras recordar a sus compañeros asesinados por ETA, pidieron a todos los militantes y cargos púbicos que mantengan el ánimo necesario para seguir defendiendo la libertad.