Así lo explicó él mismo en un encuentro informal con informadores antes de participar en un encuentro con militantes en Vitoria.

Rodríguez Zapatero reiteró la necesidad de que el PNV dé un giro respecto a sus posiciones en los últmos tiempos, y aportar razón, sentido común y diálogo a sus actitudes. Ese giro, insistió, debe ser "de fondo", más allá de la convocatoria electoral. Ese retorno del PNV a sus posiciones de antaño "parece difícil", reconoció, pero "nunca es descartable".

No obstante, sí se mostró partidario de "leer muy bien los resultados electorales" para interpretar correctamente la voluntad expresada por los ciudadanos en las urnas y conformar una mayoría coherente con ese deseo.

Ese análisis conjunto de la ituación tras las elecciones, los socialistas lo harán, en primer lugar, con los dirigentes del PP. A pesar de esta intención, el líder socialista se mostró partidario de respetar los tiempos y las formas, como exige la democracia, antes de decantarse por una fórmula de Gobierno u otra.

En cuanto a un hipotético encuentro con los dirigentes nacionalistas, aseguró que nunca se ha mostrado cerrado al diálogo, y tampoco con el PNV, si bien reconoció que actualmente "no se dan grandes condiciones objetiva" para permitir un encuentro personal. Por tanto, precisó, no lo descarta, pero tampoco lo preve.

Rodríguez Zapatero abogó por mantener la sinceridad en las posiciones polícias de cada uno antes y durante la campaña, y en virtud de esta actitud vaticinó que el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, "se va a llevar una sorpresa" si sigue pensando, como dijo recientemente en público, que su liderazgo en el seno del PSOE era como un yogur con fecha de caducidad.

También como mensaje a Arzalluz, Rodrígez Zapatero le auguró una plena solidad política y social si mantiene sus actuales postulados, y abogó por eliminar los debates "a cuchillo cortado" entre nacionalistas y no nacionalistas.