Según informaron fuentes socialistas, Zapatero respondió con esta reflexión a quienes le advirtieron, en el seno de la reunión a puerta errada del máximo órgano de dirección del PSOE, de la necesidad de preservar la tradición de los socialistas vascos de dialogar con el nacionalismo moderado.

Rodríguez Zapatero defendió su estilo de oposición frente a quienes le reclaman más contundencia, y argumentó que este talante ha conseguido moderar al Gobierno del PP, por ejemplo, en su discurso ante el nacionalismo vasco.

El líder socialista, que se mostró partidario de pasar "del discurso a la política antiterrorista", se mostró firme patidario de mantener el diálogo con el PNV, pero precisó que deben ser los nacionalistas quienes den ahora el paso de demostrar que desean ese diálogo.

En este sentido, consideró que no es precisamente muestra de ese deseo las recientes palabras del presidente del PNV, Xabier Arzalluz, en las que decía que solo los vascos deberían tener derecho de voto en Euskadi.

Rodríguez Zapatero consideró que el PNV debe adoptar una posición "más constructiva", y se mostró convencido de que lo hará si comprueb que los socialistas se mantienen firmes en la condena del terrorismo y en la denuncia de la falta de libertades en el País Vasco.

A largo plazo, dijo ante el Comité Federal, se demostrará que el acuerdo con el PP es positivo para que el PNV recupere la senda constitucional.

"PEDAGOGIA CIVICA"

Zapatero, que agradeció el tono constructivo de todas las intervenciones de sus compañeros, defendió esta y otras iniciativas ante quienes le pidieron una mayor contundencia en su oposición al PP, y advirió además que ninguno de los miembros de la actual dirección sería capaz de hacer otro tipo de oposición.

"Esta oposición representa lo que somos. Nuestros valores y objetivos, y, sobre todo, lo que piensa esta Comisión Ejecutiva Federal de lo que debe ser la oposición: poner los intereses de España por encima de los del partido", dijo Zapatero a sus compañeros, defendiendo así lo que llamó "pedagogía cívica".

Para defender sus tesis, Zapatero recordó, como ya lo habían hecho ya algunos de los inervinientes, las encuestas, y advirtió que el único riesgo que debe afrontar actualmente el partido es la impaciencia. Hay que tener capacidad de contención, les dijo.

En este punto, Zapatero tuvo unas palabras amables para el anterior secretario general Joaquín Almunia, del que dijo que su gestión fue fundamental para que el partido diera "un salto de madurez".

Con este estilo de oposición, afirmó, los socialistas "estamos dando una poderosísima lección" a la sociedad y "nos estamos haciendo crebles". En su opinión, los ciudadanos son suficientemente maduros como para desear prescindir del "radicalismo verbal".

En virtud de este estilo, Rodríguez Zapatero advirtió, a quienes le han pedido que limite los acuerdos con el Gobierno, que seguirá intentando el pacto en materia de inmigración, por entender que se trata de una materia de Estado y de uno de los retos más importantes que deberá afrontar nuestro país en los próximos años.

En tono cariñoso, se dirigió a Matilde Fernández, una de la personas que le había lanzado esta reflexión, para reiterar su convicción de que los próximos años serán una carrera de fondo y es necesario evitar una posible "pájara".