Rajoy comentó que no sabe "en qué contexto" hizo el vicesecretario general del PP, Jaime Mayor Oreja, las declaraciones en que ve "evdente" que si continuaba la "sucesión de desafíos" del nacionalismo vasco al Estado, sería inevitable la suspensión de la autonomía.

El portavoz del Gobierno prefirió hoy no seguir esa escalada verbal y sí seguir insistiendo en pedir a la mayoría de la Mesa del parlamento Vasco, que forman nacionalistas e IU, para que acaten el auto del Tribunal Supremo que ordena disolver el grupo parlamentario de Sozialista Abertzaleak.

"Aquí se está prudciendo un hecho realmente sorprendente en un país democráico, que es que una institución se niega, con todos los artificios a su alcance, y a veces sin artificios, a cumplir una resolución", añadió Rajoy.

Ese es "de los hechos más graves que se han producido en España desde 1977", comentó el viceresidente primero, pero se quedó ahí, sin entrar en la senda de lo dicho por Mayor Oreja.

El Gobierno Central "siempre es partidario" de que haya buenas relaciones con el Ejecutivo de Vitoria y la prueba, prosiguió Rajoy, son los acuerdos a los que se llegó en ateria de seguridad de concejales entre la Consejería de Interior y el Ministerio, cuando él era ministro de Interior, o la propia firma del concierto económico después de una árdua negociación.