En estas informaciones, se imputa a los ediles conductas como incumplir la legalidad, estar acusado de agresión sexual, tomar decisiones para beneficiar a sus familiares o cometer estafas.

Uno de los primeros artículos de "Ardi Beltza" en este sentido apareció en el número de la revista publicado n septiembre de 2001, donde se acusaba a un concejal del PP en Bilbao (Vizcaya) de querer que se le adjudicase, sin merecerlo, una vivienda promovida por el Ayuntamiento de la ciudad.

La revista, que publicaba una gran foto del edil, afirmaba que este cargo del PP no cumplía los requisitos, al tiempo que se vinculaba el que pudiese lograr la adjudicación a que conocía a uno de los directivos de la empresa municipal de vivienda.

En este mismo número de septiembre del pasado año, "Kale Gorria" afiraba que un concejal del PP en Ortuella (Vizcaya) había sido denunciado por agresión sexual a una guardaespaldas.

En el mismo artículo, que incluía una foto del cargo municipal, se le acusaba de intentar servirse de su puesto para hacer negocios con unas tierras de su propiedad.

De tráfico de influencias también acusó esta publicación en su número de octubre de 2001 a concejal del PSE, miembro del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Portugalete (Vizcaya), del que se decía que contrató a una empesa con deudas ligada a su esposa.

La información, que también incluía una imagen de este responsable del ayuntamiento, sugería que Portugalete no rescindió los contratos con una empresa que tenía deudas con la Seguridad Social por las relaciones de la sociedad con este edil socialista.

El más reciente de los artículos en los que se hacía referencia a los concejales populares y socialistas apareció en el número de "Ardi Beltza" de noviembre de 2001, donde se afirmaba que un ex concejal del PP en estao estafaba a jóvenes que querían ser modelos.