El padre de Joaquín José Martínez, que hace unos días abandonó el "corredor de la muerte", se refirió hoy una información del diario "El País" en la que se denuncia la insuficiente asistencia que prestó el entonces cónsul español -actual embajador ante la Santa Sede- al español condenado a muerte, en los días siguientes a su detención.

Martínez, tras indicar que ellos han guardado silencio hasta ahora en relación con la actitud manifestada por Abella en torno a su caso, comentó que "lo ierto es que en cuatro oportunidades estuvimos en el Consulado de España -en 1996- y se nos dijo que, como teníamos confianza y sabíamos que era inocente, que en tres meses se solucionaría el problema con el abogado que contratamos".

No obstante, admitió que "en ningún momento, el Consulado de España -en alusión particular a Abella- nos tomó muy en serio y nos mandó al vicecónsul honorario de España en la ciudad Tampa. Pero ni éste ni Abella, ni nadie en el Consulado ni ninguna autoridad española suo nada y así sucedió hasta el primer trimestre de 1997".

"Joaquín José", prosiguió, "jamás fue visitado en la prisión y jamás se le contestó una carta que envió al Consulado en Miami y otra al vicecónsul pidiendo que le ayudaran de alguna manera, porque a nosotros se nos estaban complicando las cosas".

A este respecto, manifestó su convencimiento de que "si hubiéramos tenido una asistencia un poco más fuerte a lo mejor las cosas habrían cambiado. El problema es que Joaquín, en ese momento, er un ciudadano español preso más y a lo mejor estaban cansados de oír quejas".

POPULARIDAD

"Cuando Joaquín empezó a ser popular, lamentablemente cuando fue sentenciado a muerte, creo que en ese momento cualquiera, incluido el señor Abella, hubiera hecho todo lo posible por tratar de solucionar un problema, pero en un principio algunos cónsules pasan de largo de estos ciudadanos, porque no tienen tiempo para otras cosas y en ese caso nos ha pasado a nosotros".

De igual modo, Martínez expresó u malestar por lo dicho por Abella sobre su desconocimiento del caso: "Lo que más he lamentado yo es que Abella llegara a decir que nunca nos conoció a nosotros y que nunca supo del caso de Joaquín José, ya que, o está perdiendo la memoria como le pasó a Ronald Reagan o algo está pasando, porque nosotros saludamos a Abella en varias ocasiones, nunca nos tomó muy en serio y siempre nos recomendaba al que ejercía de canciller en ese momento, Jesús Marinas, o al vicecónsul de España en Tampa".

En relacón con el futuro del proceso judicial previsto contra Joaquín José, en parte pendiente del testimonio de su ex mujer -quien ha insinuado que se retractará de su declaración inicial- comentó que "no confío en ella, porque es muy voluble, no está mentalmente centrada y va a haber bastante trabajo para lograr eliminar este testigo o decir que diga la verdad".

"Ella", agregó, "tiene miedo. Puede ser presionada incluso por la Fiscalía y puede perder la custodia de sus hijas. Se encuentra entre la espadala pared porque sabe que si miente nuevamente será acusada de perjurio".