Las testigos de la acusación afirmaron haberse sentido "engañadas, estafadas y con una sensación de rabia e impotencia", al enterarse que el falso ginecólogo no había aprobado siquiera una asignatura del primer curso de medicina y que únicamente poseía el título de Ayudante Tecnico Sanitario (ATS).

Una de las mujeres relató ante el tribunal queel inculpado le colocó un Dispositivo Intrauterino para evitar el embarazo (DIU) y que posteriormente se lo quitó porque se había desplazado. Agregó que el falso ginecólogo "me dejó un trozo dentro de 1,5 centímetros", de lo que se enteró al cabo de dos años durante los cuales "tuve una especie de cuadro alérgico".

Asimismo, varios médicos comparecieron ante los jueces de la Sección Tercera de la Audiencia provincial, y negaron que Fernández Rivas hubiera realizado prácticas con ellos durante su épocade estudiante.

También aseguraron que el inculpado les pedía que operasen ellos cuando alguna intervención era complicada y que nunca sospecharon de que podría tratarse de un intruso en la profesión.

Por su parte, el abogado de la defensa, Juan María Bandrés, señaló que, aunque su cliente no contaba con el título de médico, poseía una gran preparación, porque "asistió a cursos en el extranjero, se ha preparado extraordinariamente bien y tiene una enorme biblioteca sobre la especialidad".

Adeás, considera que existe un juicio paralelo contra Rivas por el pasado político de su suegro, Carlos Blasco, que fue Consejero de Comercio y Turismo del PNV en el primer Gobierno Vasco, entre 1980 y 1984, cuando Fernández pasó a la Sanidad pública sin que nadie le exigiera la titulación.

El juicio continuará mañana con la declaración de nuevos testigos de la acusación particular.