En un comunicado, Oxfam Internacional informa de que ha decidido destinar más de un millón de euros para una crisis provocada por la combinación de la plaga de langostas y la sequía, y que afecta a más de 3.500.000 de personas.

En Níger, Oxfam Internacional trabaja en un proyecto dirigido a las comunidades más pobres del centro y el oeste del país. Se trata de un programa de alimentos por trabajo en el que los beneficiarios son contratados por Oxfam para realizar trabajos y obras que benefician a la comunidad; a cambio, se les da comida para la familia.

Otro proyecto consiste en distribución de forraje a los animales sanos y compra a un precio justo de los animales enfermos: de este modo los propietarios obtienen un buen dinero y se evita la propagación de enfermedades.

En Malí, Oxfam Internacional ha intensificado las actividades que lleva a cabo en la región de Gao, donde la escasez de comida es un problema crónico. Desde hace años, Oxfam trabaja en esta zona en proyectos de bancos de cereales, microcréditos, comercio de ganado y apoyo para mejorar la producción de los pastores. Ahora, se distribuye comida y semillas a las comunidades peul, songhoi y tuareg.

En el norte de Burkina Faso, también afectado por la crisis de alimentos, Intermón Oxfam tiene previsto iniciar en breve un proyecto de distribución de cereales y semillas a seis mil personas del poblado de Arbinda.

Por último, la ONG acuó a los países ricos de "lentos y tacaños" pues, de los 30 millones de euros solicitados al Programa Mundial de Alimentos, sólo han aportado un tercio.