Ortega Lara, burgalés de 37 años, fue capturado por un comando terrorista en la tarde del 17 de enero, cuando regresaba a su domicilio desde el centro penitenciario de Logroño en el que trabajaba. Su vehículo fue descubierto un día después estacionado en el polígono de Gamonal, muy cerca de su casa.

De esta forma, José Antonio Ortega Lara se convirtió en el último de una lista de 79 secuestros reaizados por ETA y en el protagonista de la primera acción de este tipo que la banda terrorista realizaba en Castilla y León.

A diferencia de sus predecesores, cuyas familias abonaron importantes sumas de dinero por la libertad de los secuestrados, ETA no ha hecho público la solicitud de un rescate por Ortega Lara, salvo la petición -solicitada en varios comunicados y declaraciones de representantes de Herri Batasuna- al Gobierno central para que reagrupe a los presos etarras en las cárceles del País Vaco.

Tras las miles de movilizaciones populares desarrolladas en toda España para pedir el fin de este secuestro y las insistentes peticiones de su familia y compañeros de Instituciones Penitenciarias, ETA no ha ofrecido ningún indicio sobre el estado de salud de José Antonio desde las fotografías que difundió el periódico Egin el pasado mes de febrero y el escrito manuscrito reproducido en el mismo periódico, en el que pedía al Gobierno la negociación con ETA.

Revilla recuperó la libertad el 24 d febrero de 1988 tras pagar 1.100 millones de pesetas a ETA, el rescate más caro de la historia de la banda criminal. Ocho años después (el pasado 14 de abril) el que volvió a la normalidad fue el industrial guipuzcoano José María Aldaya, que hasta la fecha ha vivido el secuestro más largo realizado por la banda terrorista.