Asimismo, según cnfirmó a Servimedia el padre Emérito Merino, Comisario de Tierra Santa, en Jerusalén permanecen entre 15 y 20 frailes franciscanos españoles que, hasta el momento, siguen desarrollando su vida normal con las limitaciones propias de vivir en una zona en conflicto.

La máxima preocupación ahora, explicó, se centra en Belén. "Estamos preocupados por lo que pueda ocurrir. Estamos a la expectativa y esperando que el conflicto tenga un desenlace feliz", aseveró.

Ante la dramática situación de Tierra Sana, los PP. Comisarios organizaron el pasado Viernes Santo una jornada en la que pidieron la oración y la colaboración para seguir manteniendo vivos los santuarios y la presencia de los cristianos en la tierra en la que vivió Jesucristo, que disminuye cada vez más.

CALVARIO EN TIERRA SANTA

Los PP. Comisarios de Tierra Santa explican que "sigue el calvario en Tierra Santa, padecido por tantos inocentes por esa espiral de violencia que, alimentada por el círculo infernal del odio y la venganza, se ha cbado en los dos pueblos que la habitan y la disputan: el israelí y el palestino. Y entre ellos, en las dos partes, la minoría de los cristianos, que no ven salida para una vida digna en paz y en seguridad, y que emigran, como pueden y adonde pueden".

En Tierra Santa la comunidad cristiana ha descendido en unos años de 175.000 a poco más de 140.000 personas, el 2,1% de la población, además de pasar grandes necesidades por el bloqueo de los territorios, el incremento del paro y la paralización del turiso.

Una de las consecuencias más graves de este conflicto es la disminución de la población cristiana en Tierra Santa por la emigración. Los PP. Comisarios subrayan que "la sangría es alarmante".

Ante esta situación, los franciscanos, Custodios de los Santos Lugares, piden el apoyo, la oración y la limosna, siguiendo la invitación del papa Juan Pablo II, que recientemente hizo un llamamiento urgente de solidaridad a toda la Iglesia y a todos los cristianos.