En otras palabras, instaron a consolidar y escalar “los resultados y aprendizajes del proyecto Rumbo”, un pilotaje de tres años de duración dirigido a diseñar y testar nuevas soluciones y modelos de apoyos para facilitar la vida independiente y la inclusión en la comunidad de personas con grandes necesidades.

Lo hicieron durante la clausura de la jornada ‘Rumbo, viaje hacia la transformación’, celebrada en la sede del Imserso en Madrid.

En ella se presentaron las conclusiones de estos tres años del proyecto, desarrollado por estas cinco confederaciones con el apoyo del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030.

Con financiación procedente de los Fondos Next Generation gestionados a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, el proyecto se desarrolló en cinco comunidades autónomas y ha beneficiado a unas 12.000 personas con discapacidad, a través de unas 800 actividades incluidas en más de 100 programas. La efectividad de cada uno de ellos fue evaluada.

LECCIONES

El presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (Cocemfe), Anxo Queiruga, agradeció el esfuerzo de las 22 entidades involucradas, los técnicos de todas ellas, las personas con discapacidad y los familiares que han participado en este proyecto, que “nos ha permitido grandes aprendizajes”.

“Hemos demostrado que, con trabajo y esfuerzo, podemos transformar el modelo de apoyos para las personas con discapacidad”, afirmó, porque “nosotras sabemos mejor que nadie qué necesitamos, dónde queremos vivir y qué apoyos nos hacen falta”.

Solicitó “cambios legislativos” que lo hagan posible y avanzar hacia una cartera de servicios para que este nuevo modelo sea una realidad, con independencia del lugar en que se viva o de la intensidad de ayuda que precise cada persona.

“Esperamos que los resultados de este proyecto sean el pistoletazo para un punto y seguido, en el que las personas con discapacidad podamos decidir sobre nuestras propias vidas”. En su opinión, Rumbo “nos ha demostrado que se puede avanzar hacia un sistema basado en la autonomía personal y hacia una sociedad de la que formemos parte todas las personas”.

VENTAJAS DE COLABORAR

El presidente de Impulsa Igualdad, Francisco Sardón, compartió este mismo deseo, porque “si queremos ser eficientes a la hora de prestar servicios y apoyos, mi esperanza es que este aprendizaje de colaboración se pueda mantener en el futuro”. A su juicio, “ha sido un ejemplo de colaboración y de sinergias entre entidades diferentes”, que representan a personas con distintas capacidades y necesidades. “Nos ha enriquecido a todos”.

Para Ana Cabellos, presidenta de Daño Cerebral Estatal, “la colaboración es una fortaleza, nunca una barrera”. Gracias a ella, “hemos reflexionado más y hemos trabajado en mejores argumentos”. Aseguró que “las entidades de personas con discapacidad conocemos de primera mano la realidad y las carencias del modelo actual”, por lo que “somos las más indicadas” a la hora de pilotar su transformación.

Ello implica “cambiar la metodología de trabajo en los centros”, prosiguió, “respetando siempre las decisiones de cada persona y diseñando apoyos individualizados para cada una de ellas”. Por eso, “necesitamos una cartera de servicios sociales que de verdad promuevan la autonomía,” y citó como ejemplos los pisos de transición o la asistencia personal. “Acceder a estos servicios debe ser una opción real y asequible para todas las personas que los demanden”, defendió, sin “olvidarnos de que no podemos hablar de autonomía sin garantizar la plena accesibilidad de los entornos”.

CONTINUIDAD

Cabellos demandó “mejorar las políticas públicas” para asegurar la continuidad de las acciones piloto desarrolladas durante estos tres años.

Para Pedro Ugarte, presidente de Autismo España, el proyecto Rumbo supuso "un verdadero hito en la promoción de la vida independiente de las personas con discapacidad”. “Ha sentado las bases para una atención verdaderamente centrada en las necesidades de cada persona”.

Estas “son muy diversas y variables”, afirmó, y “con esta convicción, nos propusimos avanzar en la transformación del modelo de apoyos”. Nació así el proyecto Rumbo, cuyos programas de éxito deben seguir adelante, exigió.

La presidenta de confederación Aspace (Asociaciones de Personas con Parálisis Cerebral), Manuela Muro, apuntó que Rumbo “nos ha enseñado que el camino hacia la inclusión no es unidireccional, sino que se construye día a día, escuchando a las propias personas con discapacidad”. A su juicio, “ha sido toda una lección de humildad y de compromiso”. “Rumbo nos ha trazado solo el inicio de un largo viaje, que debe transformar muchas vidas más, concluyó.

En la jornada intervinieron también la secretaria de Estado de Derechos Sociales del Ministerio, Rosa Martínez; el director general de los Derechos de las Personas con Discapacidad, Jesús Martín Blanco; el presidente de Cermi estatal, Luis Cayo Pérez; técnicos de las entidades participantes, y personas con discapacidad beneficiarias del proyecto.

La directora general de Diversidad Familiar y Servicios Sociales del Ministerio de Derechos Sociales, Patricia Bezunartea, moderó una mesa redonda en la que participaron técnicos responsables de las cinco entidades promotoras de este proyecto. En sus conclusiones, Bezunartea destacó el acceso a la asistencia personal y a soluciones de vivienda asequibles entre las principales demandas planteadas, así como la integración de servicios sociales. “Tenemos un gran reto ahí; pongámonos a trabajar todos los actores implicados en ello”.