Las personas que participan en esta "OPA Verde", oferta de compra de electricidad limpia, se han unido a la organización ecologista para exigirle al Gobierno unas tarifas eléctricas que hagan posible la libre elección de suministrador y un etiquetado eléctrico que diga el verdadero origen de la electricidad suministrada.

El éxito de esta iniciativa, lanzada el pasado 1 de junio, demuestra, a juicio de Greenpeace, que cada vez son más los consumidores que "no están dispuestos a permanecer encadenados a la energía sucia de las compañías eléctricas de siempre".

Según los ecologistas, "cada vez son más los consumidores que quieren ejercer su derecho a elegir electricidad limpia, pero el Gobierno se lo impide con unas tarifas eléctricas engañosas que no reflejan los costes reales y hacen inviable esa elección".

"Elegir las características de un producto es un derecho básico de todos los consumidores", por lo que Greenpeace se pregunta por qué no se permite elegir en el caso de la electricidad.