La sentencia de 19 años de cárcel se basó, según apuntó Türk en un comunicado, en “cargos vagos y excesivamente amplios de ‘extremismo’” tras un juicio a puerta cerrada en las instalaciones de la prisión donde Navalny ya está cumpliendo otras dos sentencias condenatorias que suman 11 años y medio.

“En virtud del derecho internacional de los derechos humanos, los Estados tienen la obligación de respetar, proteger y cumplir toda la gama de derechos a un juicio justo y al debido proceso de todas las personas privadas de libertad. Pido a las autoridades rusas que tomen medidas para respetar estas obligaciones poniendo fin de inmediato a las violaciones de los derechos humanos de Navalny y liberándolo”, señaló Türk.

Esta última sentencia contra Navalny se produce en medio de una mayor represión contra la libertad de expresión y la oposición política en Rusia.

Desde febrero de 2022, unas 20.000 personas han sido arrestadas en todo el país, muchas de ellas brevemente, por diversas acciones contra la invasión rusa en Ucrania, como protestas y publicaciones en las redes sociales.

“Varias fueron encarceladas por presuntamente difundir información falsa sobre las acciones de los militares y cientos más han recibido multas administrativas por ‘desacreditar’ al ejército ruso. También ha habido un fuerte aumento en el uso de las disposiciones de espionaje y traición del Código Penal para juzgar y condenar a personas que simplemente ejercían sus derechos humanos”, explicó Türk.

Por ello, el jefe de derechos humanos de la ONU instó a que “se examine de manera transparente e imparcial esos casos de conformidad con las normas internacionales de derechos humanos”.

“La privación de libertad para el ejercicio de los derechos humanos, incluida la libertad de opinión, expresión, reunión pacífica y asociación, constituye una detención arbitraria con arreglo al derecho internacional de los derechos humanos. Todas las personas detenidas arbitrariamente deben ser puestas en libertad de inmediato”, concluyó.