La Congde señaló que la Agasa, uno de los dos resultados que esperan conseguir los organizadores de la cumbre alimentaria (junto con la Declaración de Madrid), podría "erosionar el sistema multilateral de Naciones Unidas" porque sería "una nueva estructura al margen de las instituciones existentes".

Además, la Congde recordó que existen "antecedentes poco alentadores" como el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (1996), la Alianza Internacional contra el Hambre (2003) o las directrices voluntarias para la realización del derecho a la alimentación aprobadas por la FAO en noviembre de 2004.

Además, la Congde mostró su "disconformidad" con el proceso de organización de la cumbre alimentaria de Madrid, ya que, según aseguró, "el retraso en establecer los contenidos y la agenda ha dificultado la adecuada participación de las organizaciones y delegaciones del sur".

Por otro lado, las ONG para el desarrollo instaron a los Gobiernos de todo el mundo en que salven "del hambre a casi mil millones de personas" con una respuesta "tan urgente e importante como rescatar a los bancos con dificultades".

Por último, la Congde recomendó que la cumbre alimentaria se enfoque desde el punto de vista del derecho a la alimentación, que la sociedad civil participe en la respuesta internacional de lucha contra el hambre, que los países donantes incidan en las causas estructurales de la pobreza rural, que se hagan políticas de sostenibilidad ambiental y que haya transparencia en la donación de cuentas a los países pobres.