"El contenido de este vídeo, cuya duración es de 30 minutos", explicó Leytón, "presenta las características de la discapcidad, los gupos de que se compone, las causas y los sistemas de comunicación, además de los recursos necesarios para atender y preparar a los sordociegos para su más plena participación e integración social".

Para la realización del vídeo "La sordoceguera. Vivir sin vista y oído", el equipo que lo elaboró contó con un presupuesto de más de 8 millones de pesetas, financiados por la ONCE en su totalidad.

El número total de copias de este vídeo es de 800, de las cuales 700 están dirigidas a organizaciones nacinales y 100, en versión inglesa, al exterior. En ambos casos serán distribuidas gratuitamente.

"Esta es la primera vez que se realiza una experiencia de este tipo en España y su objetivo es concienciar a la sociedad en general, y a los profesionales de la enseñanza en particular, sobre las necesidades concretas y específicas de las personas sordociegas, principalmente en el campo de la educación y en el de la rehabilitación", señaló Asunción Leytón.

El servicio de atención a las personas sordocieas, iniciado por la ONCE en 1987, tiene como objetivo conseguir a través de los cursos de formación de los profesores que trabajan en centros de sordos que empiecen a abrir unidades para niños sordociegos, y así darle al niño la oportunidad de escolarización más amplia y más cerca de su lugar de origen.

Los sordociegos pueden ser fundamentalmente de cuatro clases: los congénitos y todos aquellos que quedan sordociegos antes de la adquisición del lenguaje; los sordos congénitos cuya ceguera aparece algnos años más tarde, como sucede con el síndrome de Usher; los ciegos congénitos cuyos problemas de audición se manifiestan con posterioridad, y los sordociegos tardíos, en quienes las dificultades en la vista y el oído se presentan después de adquirir el lenguaje.

En el vídeo se especifica que la rubeola materna es una de las principales causas, junto con el síndrome de Usher, de la sordoceguera, que en España afecta a unas 4.000 personas entre niños y adultos.