La ONCE, que repartió el año pasado en Cantabria más de 1.700 millones de pesetas en premios, dedica la mayor parte de los beneficios obtenidos por la venta del cupón a hacer frnte al pago de los premios y a las retribuciones salariales de los vendedores afiliados a la organización.

Además, un 3 por ciento de esos beneficios se destinan, a través de la Fundación ONCE, a cooperar con entiddes y personas afectadas por otras minusvalías, lo que se suma a cerca de un 11 por ciento de esos fondos sobrantes que sufraga la prestación de otros servicios.

El delegado de la ONCE en Cantabria, Manuel Masedo, se ha propuesto como objetivo prioritario de su gestión el conseguir incrmentar la venta de cupones como vía para incrementar los ingresos.

"Aunque", añadió Masedo, "se ha llegado a un nivel considerado como normal, podría aumenta notablemente si se tiene en cuenta la población con que cuenta la comunidad autónoma".