En declaraciones a Servimedia, Ollero admitió que una de las obligaciones de la oposición es denunciar aquellos hechos que, a su juicio, son conductas que afectan a la confianza de los ciudadanos, aunque recalcó que deben ser precisament éstos quienes juzguen si dichas acusaciones son fundadas.

Por tanto, indicó, "esa denuncias se pueden convertir en un 'boomerang', porque, a su vez, el partido político que denuncia hechos sin fundamento pierde credibilidad".

Sobre la concesión del tercer grado pnitenciario a Carlos Navarro y Luis Oliveró, condenados en el "caso Filesa", Ollero no quiso extenderse al respecto, pero dijo que si este tipo de decisiones cobran interés político es por el hecho de que las personas afectadas no asumieron en su momento la responsabilidad política adecuada.

"Yo creo que son como metástasis de un auténtico cáncer político", apostilló, "y es que los políticos buscan la comodidad y no se dan cuenta de que están perturbando gravemente los poderes del Estado por no practiar algo que en otros países se practica con una gran naturalidad, y es el asumir (...) que hay que desaparecer de la escena para evitar estas situaciones posteriores".