Así se expresó Oliu en un acto informativo organizado por el Consejo General de Economistas, donde fue preguntado por este traslado y por sus posibles similitudes con la salida de su entidad de Cataluña por el ‘procés’.

Tras aclarar que “no sé el alcance ni en que consiste” la decisión de Ferrovial y decir que “no tengo ninguna valoración”, Oliu acabó afirmando lo de su desconocimiento sobre si será una buena decisión para el futuro de la constructora presidida por Rafael del Pino.

En cuanto al traslado de sede del Sabadell, recordó que estuvo marcada por “unos hechos muy claros y muy dramáticos “y que fue tomada “a contracorazón”.

En esta línea, añadió que dicha “decisión empresarial y no política” se tomó ante el riesgo y la desconfianza que provocaba la posibilidad de que los depósitos de la entidad dejaran de estar garantizados con la independencia de Cataluña.

“Fue una reacción radical e inmediata”, añadió Oliu, quien concluyó que “fue una gran decisión por motivos empresariales y no políticos”.

Por otro lado, fue preguntado por la creación de la autoridad de protección del cliente financiero. “Yo creo que no es necesario porque el Banco de España se dedica a ello”, sentenció.

A este respecto, explicó que Reino Unido cuenta con una entidad independiente de este tipo que ha dado problemas porque “entró como un caballo en una cacharrería” lo que obligó a distintos gobiernos a tomar medidas para que fuera más razonable.

SUBIDA DE TIPOS

Asimismo, el presidente del Sabadell se refirió a la actual situación del sector con la subida de los tipos de interés. Según su punto de vista, la covid y la guerra en Ucrania “han devuelto la normalidad a la política monetaria”.

Además, defendió que ante la alta inflación generada “los bancos centrales solo pueden actuar de una manera”. “los tipos de interés han tenido que subir pero no han subido mucho aunque de manera extraordinariamente rápida”, apostilló.

En todo caso, estimó que la bajada de la inflación se prolongará durante unos años, algo que considera positivo ya que, de no ser así, provocaría “un estado de depresión profunda de la economía”.

Sobre las consecuencias en la solvencia del sector de esta situación, destacó que “no son tan malas como podíamos esperar” ya que el tejido empresarial y los hogares no están siendo muy afectados.

Eso sí, admitió que es previsible un cierto aumento de la morosidad y de las dificultades de pago provocada por algunas empresas que ya venían con dificultades y que pueden acabar cerrando por esta situación.