Medio Ambiente justifica esta transformación en el incremento que ha experimentado la Oficina Española de Cambio Climático desde su creación, en 2001, debido al rápido desarrollo y creciente importancia de las políticas contra el cambio climático en el ámbito nacional e internacional.

La entrada en vigor en 2005 del Protocolo de Kioto, por un lado, y la puesta en marcha del sistema europeo de comercio de derechos de emisión de gases de efecto invernadero, por otro, han conllevado una serie de obligaciones administrativas y de información mucho más exigentes, tales como la elaboración y aplicación de los Planes Nacionales de Asignación de derechos de emisión y sus sucesivas modificaciones o la creación y gestión del Registro Nacional de Derechos de Emisión (Renade).

Estos acontecimientos, añade el Ministerio, han alterado radicalmente el volumen y naturaleza de las actividades desarrolladas en el marco de la Oficina Española de Cambio Climático y se han traducido en un aumento muy significativo del trabajo y los requerimientos de personal de la Oficina, que previsiblemente continuarán incrementándose a buen ritmo en los próximos años.

Por todo ello, se considera necesario que la OECC se consolide como Dirección General en la estructura del Ministerio de Medio Ambiente y asuma una mayor capacidad operativa que le permita afrontar con más eficacia los nuevos compromisos, concluye el departamente que dirige Cristina Narbona.