Los ciudadanos de Torrijas preferían, según el anuncio, cubrir esas plazas con alguna familia que tuviera hijos pequeños para que así la escuela, cerrada por falta de alumnos suficientes, pudiera volver a abrir sus puertas.

El permiso de residencia de los ciudadanos rumanos ha sido tramitado en Valencia. Las obras para reacondicionarla vivienda que el Ayuntamiento ha puesto a su disposición comenzaron hace cinco días.

Los vecinos de esta localidad turolense, con menos de cien habitantes censados, recalcan su satisfacción ante la eventualidad de reactivar la escuela municipal.

"Nos la habían cerrado porque no había niños suficientes. Ahora, sólo falta que aprendan a hablar nuestro idioma para que puedan convertirse en unos ciudadanos más de nuestro pueblo", señaló uno de los vecinos.

Sólo los dos cabezas de familia habln español, de forma que son ellos quienes sirven de intérpretes para el resto del grupo de rumanos.

No obstante, los niños y las mujeres no han tenido ningún problema para relacionarse con el resto de los habitantes, la mayoría de los cuales comenta que los han visto ya moverse por el pueblo, con el añadido de que, "al parecer, son muy cariñosos y también trabajadores".