Robert Habler, presidente de Oekom, ha subrayado que no basta limitarse a fijar un máximo de 500.000 euros anuales para la remuneración de estos altos cargos, como se ha propuesto en Alemania en el marco del paquete de medidas para el rescate del sector bancario.

También es necesario garantizar que los incentivos no están asociados al logro de ambiciosos objetivos financieros a corto plazo lo que, en opinión de Habler, es la causa de que los ejecutivos del sector bancario hayan realizado operaciones de riesgo.

Por ello, el responsable de Oekom propone que la remuneración de los directivos no solo se base en logros financieros, sino también en el cumplimiento de objetivos sociales y medioambientales.

"Durante años, los inversores con una mentalidad ética han demandado que se sustituyan los objetivos financieros a corto plazo por políticas empresariales a largo plazo que añadan valor, es decir, un modelo que además del éxito en términos monetarios también incluya objetivos sociales y medioambientales", subrayó Habler.

"Estamos seguros que las prácticas para la inversión sostenible saldrán reforzadas de esta crisis financiera, ya que cada vez son más los inversores que quieren saber con precisión como se invierte su dinero", aseguró el presidente de Oekom.

Por su parte, Dietrich Wild, analista de Oekom, recalca que las políticas de sostenibilidad y transparencia de los bancos obtienen calificaciones muy por debajo de las logradas por otros sectores.

"La mayoría de los bancos responsables de desencadenar la crisis financiera estadounidense obtenían una baja valoración en el ranking de sostenibilidad de Oekom. Una buena gestión social y medioambiental es un indicador de que la empresa es estable y tiene objetivos a largo plazo", destacó Wild.