Según este organismo, la publicidad hecha desde Defensa sobre la posibilidad de elección de los soldados de reemplazo es "un brindis al sol" por "las condiciones de vida inaceptables de los cuarteles, el suedo escandaloso (1.900 pesetas), la jornada laboral disparatada que incluye la realización de servicios no relacionados con la formación militar y la inhabilitación de dotación presupuestaria".

La ODS considera que los jóvenes que realizan el servicio militar se encuentran "en una situación de indefensión impropia de un Estado de Derecho" debido al bloqueo que sufren los canales de reclamación dentro de los cuarteles, así como el funcionamiento irregular de la Justicia Militar, lo que impide a los solddos exponer sus quejas.

Según la Oficina del Defensor del Soldado, los recortes presupuestarios sufridos por el Ministerio de Defensa repercuten directamente sobre los soldados, que verán degradada su calidad de vida y sus beneficios sociales.

Todo ello explica la crisis profunda que vive el servicio militar sometido en España a un rechazo social desconocido en otros países de Europa, manteniéndose la cifra de objeción de conciencia en torno a las 70.000 personas.

La ODS pide por ello la aboición de la justicia militar y la creación de una comisión parlamentaria que analice la situación del servicio militar y atienda las denuncias de los soldados.