Según indica el colegio profesional en un comunicado, en realidad se trata de una inmunoprofilaxia pasiva anticariogénica, no de una auténtica vacuna, que supondría la inmunización activa, en la que los anticuerpos serían desarrollados por el propio individuos tras la inoculación de antígenos a través de la vacuna.

Los odontólogos y estomatólogos precisan que por el momento los estudios clínicos para el desarrollo de este procedimiento están en su fase nicial y sólo cabe hablar de expectativas teóricas. "En el mejor de los casos, la comercialización de esta inmunoglobulina no será posible antes de cinco años", agregan.

En cuanto a las verdaderas vacunas, indican que las expectativas son muy pobres por varias razones, una de ellas la existencia de muchos microbios cariogénicos, por lo que en una vacuna sería casi imposible incluir antígenos de todos.

En cualquier caso, advierte el colegio, no se trataría de una inmunidad de por vida, sino a cort plazo, precisándose la repetición frecuente del procedimiento.