El coordinador de Estrategia de Datos de Fundación ONCE e Inserta Empleo, Luis Enrique Quífez, explicó en una entrevista a Servimedia que el objetivo de esta expansión territorial es convertirse en “referente” en estas naciones “para la consulta de datos sobre las personas con discapacidad”.

A lo largo de la última década, Odismet se ha ganado en España y en la Unión Europea el reconocimiento del sector, de las administraciones y de las empresas por recoger en su portal web los datos de diferentes bancos de datos públicos como el Instituto Nacional de Estadística o el Servicio Estatal Público de Empleo. De hecho, el proyecto cuenta con cofinanciación de las instituciones comunitarias.

Quífez relató que, en diez años, Odismet “ha cambiado y ha crecido mucho” porque ha incorporado nuevas estadísticas y nuevas fuentes de información. Además, ha sumado secciones recientemente sobre violencia de género contra las mujeres y las cifras de personas con discapacidad que viven en residencias, cuyos datos publicó por primera vez el INE este 30 de abril.

El salto a Latinoamérica se concreta con dominios propios de Odismet para cada uno de los cuatro países. Así, Costa Rica, Colombia, Ecuador y República Dominicana cuentan con su propio espacio en la web para consultar los datos de las personas con discapacidad en cada país.

Según Quífez, se trata de un primer paso porque “tenemos todavía pocos datos”, especialmente si se compara con el trabajo acumulado durante diez años en España. “Pero van creciendo poco a poco. Nuestro objetivo es que se convierta en un referente, como es en España, para la consulta de datos sobre discapacidad”, destacó.

El coordinador de Estrategia de Datos de Fundación ONCE e Inserta Empleo subrayó que el lanzamiento de Odismet en Latinoamérica constituye “un salto estratégico” para este observatorio que ofrece de manera permanente información actualizada sobre las personas con discapacidad, con su tipología, situación laboral, prestaciones que reciben, etc.

ÚLTIMO INFORME ODISMET

En el marco del Día Internacional del Trabajo que se celebra cada 1 de mayo, Odismet presentó este martes los datos de su último estudio, el Informe 9 Odismet, y además hizo balance de la evolución registrada durante la última década en España.

Aunque existen elementos positivos, como el incremento de los contratos y del empleo para este colectivo, la realidad pone de manifiesto que la discriminación laboral continúa porque la brecha respecto a las personas sin discapacidad ha aumentado casi 8 puntos.

El acceso a un puesto de trabajo ha mejorado porcentualmente en 3,5 puntos desde 2013 pero a un ritmo mucho más lento que para el resto de la población, cuya tasa de empleo ha evolucionado 11 puntos en el mismo periodo de tiempo. La consecuencia es que la brecha de este colectivo es mayor ahora que hace diez años.

Mientras que la tasa de personas sin discapacidad ha subido de 57,1 a 68,1, para quienes tienen discapacidad apenas ha pasado de 24,3 a 27,8. Por lo tanto, la brecha se ha ampliado desde los -32,8 puntos de diferencia que había en 2013 a -40,3 puntos en 2022.

También empeora la brecha salarial porque el salario medio bruto anual ha aumentado de 22.842,6 euros para las personas sin discapacidad a 26.030. En cambio, en el colectivo con discapacidad apenas ha crecido de 20.553,3 a 21.544,2. La diferencia era de -2.289,3 euros en 2013 y en 2022 ha aumentado hasta -4.485,8, lo que prácticamente supone duplicarse en una década.

Desde 2013, la comunidad de personas con discapacidad en edad laboral ha ido creciendo de forma paulatina en España, hasta registrar en 2022 su dato más alto con 1.941.900 personas. Se trata de un incremento del 36% en una década y a la vez de un envejecimiento de esta población porque el segmento de 45 a 64 años se duplica hasta 1.466.200 personas.

Destaca especialmente el crecimiento del 21,6% de personas con discapacidad psicosocial, ya que la pandemia hizo emerger un importante volumen de personas con esta tipología. Por eso, el Informe 9 Odismet llama a afrontar “el reto de romper estereotipos, trabajar hacia la normalización y la integración, hacia la información de lo que implica y supone una discapacidad psicosocial”. La discapacidad visual es la única que no ha aumentado en número de personas, pues se ha reducido en 1.700 personas a lo largo de la década.