Parra, de 45 años, es uno de los habituales "correos" que utilizan las organizaciones internacionales de narcotraficantes y su nerviosismo al contestar a las preguntas del funcionario del control de pasaportes indujo a éste a sospechar.

La mujer llegó a Madrid en un vuelo procedente de la capital colombiana, Bogotá, acompñada de su hijo de dos meses y medio. Aunque el registro del equipaje resultó negativo, un examen de la sospechosa a través de rayos X determinó la existencia de cuerpos extraños.

En el intestino llevaba numerosas bolas que contenían cocaína y en la vagina tenía oculto otro envoltorio con la misma sustancia. Tras extraerle todo el alijo, las autoridades estimaron que la cantidad total era de un kilo y medio.

Después de informar del suceso a la autoridad judicial, fue ordenado su internamiento en l Hospital Provincial Gregorio Marañón y su hijo fue trasladado a la Sección Infantil del Hospital Provincial Penitenciario.