Según declaró a Servimedia un portavoz de la OCU, "todas las instituciones integradas en la Oficina Europea de Asociaciones de Consumidores (BEUC) son conscientes de que los pacientes necesitan mayor información sobre medicamentos, pero ésta no debería proceder directamente de las compañías farmacéuticas".

La OCU presentó antes del análisis del proyecto de la Comisión Europea, celebrado ayer, diferentes carts a los comisarios españoles, Pedro Solbes y Loyola de Palacio, para manifestar su preocupación y la importancia de que la información llegue al consumidor por fuentes fiables, responsabilidad que la ley de medicamentos atribuye a la Sanidad pública, según explicó.

A su juicio, la información que pueden dar las compañias farmacéuticas "podría estar guiada por intereses comerciales, ya que los laboratorios farmacéuticos tienen como fin aumentar sus ventas, por eso no son los más indicados para juzgar l que los pacientes deben saber en relación con los efectos secundarios o las distintas alternativas entre un fármaco y otro con las mismas características", aseguró la misma fuente.

Según un estudio realizado por la entidad británica Consumers Association sobre publicidad directa de los medicamentos, ésta conlleva un incremento del gasto en medicamentos, introduce sesgos comerciales en la prescripción de los médicos y no permite que los consumidores reciban información objetiva.

Según la OCU, la ropuesta de la Comisión Europea está recogida en el documento de forma parcial en lo que se refiere a la información proveniente de la industria farmacéutica y "no tiene en cuenta las consideraciones sobre los pacientes, los consumidores y la salud".