Rafael Urrialde, portavoz de la Unión de Consumidores de España (UCE) manifestó a Servimedia que "la vía es que las autoridades de Bruselas tomen cartas en el asunto de las guerras comerciales dentro de la Unión Europea, no sólo de la fresa en Francia, sino de los potitos en Alemania o los jamones de pata negra de Polonia".

El responsable de UCE sugirió que la mejor apueta es la de marcar claramente el origen de los productos y concienciar al consumidor de que "no todos los jamones o los plátanos que entran en un gran almacén son españoles, sino que pueden ser cameruneses o israelíes, y que en la mano del consumidor está apoyar a los productos españoles".

Por su parte, el representante de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) José María Múgica insistió, en declaraciones a Servimedia, en que "no se puede iniciar una guerra de productos basándose en la nacioalidad, primándola sobre la calidad".

"Si se trata de abrir fronteras", dijo, "no se puede asumir un boicot como parche a la solución de conflictos comerciales. El problema político entre los miembros de la Unión Europea es que deben buscar la paridad entre los productos y no el enfrentamiento".

Sobre la campaña de apoyos que las asociaciones y cooperativas agrarias pretenden de las asociaciones ciudadanas y de consumidores, los portavoces de UCE y OCU señalaron que hasta ahora no ha existido ninuna petición formal de apoyo.