La OCU realizó este estudio en octubre de 2002, meses antes de que entrara en vigor, este mes de enero, la nueva ley que regula la actividad de este tipo de centros. Una vez en marcha la normativa, la OCU exige ahora que las autoridades se encarguen de su cumplimiento.

"Ahora es imprescindible que la Administración controle su aplicación y que exija la adecuación de la información escrita sobre los riesgos a largo plazo, las precaucions y las indicaciones que el usuario debe seguir y, además, que el personal de los centros se instruya convenientemente", señaló María del Castillo, redactora del estudio. Asimismo, exigió a las autoridades que arbitren los controles y las inspecciones necesarias.

El interés del estudio se basa en la demostración de que la exposición exagerada a los rayos UVA, tanto del sol como de una máquina bronceadora, perjudica la salud. Puede adelantar unos cuantos años la aparición de arrugas profundas en la pie y, además, la formación de melanoma. De hecho, desde diciembre de 2002, en Estados Unidos los rayos UVA han pasado a formar parte de la lista oficial de los agentes causantes del cáncer.

SON CANCERIGENOS

"Los rayos UVA son cancerígenos", recalcó Del Castillo. "En los últimos 20 años se ha triplicado el número de melanomas y los rayos UVA son causantes de cáncer de piel". Por todo ello, añadió, es imprescindible que los usuarios estén sensibilizados e informados para responsablemente decidir su expoición a los rayos UVA.

El estudio de la OCU revela que sólo 13 de los 97 centros visitados ofrecen un folleto informativo al usuario y a penas 8 lo entregan en mano al cliente. Además, los carteles expuestos no recogen toda la información imprescindible.

En concreto, sólo 13 señalan la prohibición a menores de edad, mientras una docena se detienen en la explicación de los distintos fototipos y su correspondiente tiempo máximo de exposición.

Sobre posibles riesgos, precauciones e indicacionespara el correcto uso de los rayos UVA el panorama sigue siendo igualmente desolador. Sólo dos centros explican cuestiones básicas como los posibles daños en los ojos y en la piel; el riesgo añadido que corren las personas con lunares, una piel muy sensible o con antecedentes de cáncer de piel; la prohibición para mujeres embarazadas o personas que estén en tratamiento con antibióticos, somníferos o antidepresivos, o la necesidad de limpiarse primero bien la piel de cosméticos, desodorantes y perfumes antesde recibir una sesión.

Por último, el análisis revela que el personal que trabaja con rayos UVA tampoco está convenientemente informado sobre los riesgos y precauciones. En el informe, algunos de los solarios afirmaron que no era necesario ponerse una gafas, y que bastaba con cerrar bien los ojos. No obstante, este aspecto de la protección de los ojos sí está mayoritariamente extendido. Así, en el 92% de los establecimientos los usuarios recibieron las gafas sin tener que solicitarlas.