Segúnel estudio, 11 de los 15 alargadores analizados por OCU utilizaba cables que no tenían el grosor necesario para aguantar la potencia señalada por el fabricante. Por ello, al riesgo de generar una sobrecarga en la red que derive en un cortocircuito, se añade el de provocar un incendio.

Además, la mayoría de estos dispositivos eléctricos no incluye ningún tipo de instrucciones de uso, lo que es "imperdonable", según la OCU, porque puede provocar problemas de descargas eléctricas que pueden incluso causa la muerte. De los 20 revisados, 16 no incluían ningún tipo de instrucción de correcto manejo.

Por todo ello, además de denunciar el incumplimiento de la normativa sobre este tipo de productos, la OCU recomienda a los consumidores que tengan especial cuidado en su manejo y, a la hora de utilizarlos, se aseguren de que aguantan la potencia para la que van a ser usados.

Como consejo, el informe recomienda que se consulte la potencia de los aparatos que se van a enchufar y se sume, comprobando que e total queda por debajo de la potencia del enchufe o el alargador utilizado. Por último, se pide que no se utilicen estos dispositivos en cuartos de baño o zonas húmedas, como traseras de lavadoras o lavavajillas.