La OCU indica que "la gran mayoría de los centros toman a la ligera la seguridad de sus clientes al no informarse suficientemente de los problemas de salud que pudieran presentar y no exigirles un certificado médico-deportivo".

Añade que "difícilmente se pueden comprometer a poner en forma a los clientes si no conocen de qué estado parten: es una práctica generalzada, que denota falta de profesionalidad por su parte, comenzar la actividad física sin estas premisas".

Según la OCU, para elegir bien el gimnasio deben tomarse una serie de precauciones, como solicitar una clase gratuita, realizar un cuestionario sobre salud y estado físico, revisar periódicamente la forma física y comprobar que hay suficiente número de aparatos en relación a los usuarios.