LA OCU DENUNCI FRAUDES EN LOS TELEFONOS PUBLICOS

MADRID
SERVIMEDIA

Los teléfonos públicos, tanto las cabinas de la calle como los instalados en bares, hoteles y otros establecimientos, cometen numerosos fraudes a los consumidores que no son controlados ni sancionados por las autoridades competentes.

Esta es una de las conclusiones de un estudio elaborado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), para el que han realizado una llamada metropolitana y otra nacional desde 326 teléfonos públios de cinco ciudadades españolas (Madrid, Barcelona, Bilbao, Sevilla y Valladolid).

Otra de las conclusiones de este estudio, publicado en la revista OCU-Compra Maestra, es que, en contra de lo que piensan muchos usuarios, llamar desde una cabina no es más barato que hacerlo desde casa y que llamar desde un establecimiento público no es más caro que hacerlo desde una cabina.

Según la OCU, los distintos teléfonos públicos tienen las mismas tarifas, que son un 35 por ciento más caras que en casa. Eta asociación denuncia el incumplimiento generalizado, tanto en las cabinas como en los teléfonos públicos de los establecimientos comerciales, de la obligación de informar al usuario sobre este recargo.

MANIPULAR LOS TELEFONOS

En el caso de los teléfonos públicos instalados en bares, hoteles y otros establecimientos, la OCU asegura que en muchos casos se manipulan los teléfonos para que no admitan monedas de cinco pesetas o se cambia el precio del paso, superando el máximo establecido, produciéndos de esta manera fraudes en el precio de la llamada.

Esto ocurre en los teléfonos de monedas que son responsabilidad del titular del teléfono (dueño del bar, restaurante, etc.), que es quien los manipula para que no acepten monedas de 5 pesetas o aumenta el precio del paso más de lo autorizado. Esto no pasa, sin embargo, en los teléfonos denominados protegidos, que son propiedad de Cabitel y, según la OCU, tienen unos resultados satisfactorios.

Los teléfonos de pasos de los bares, restaurantes y oros establecimientos también son bastante fraudulentos, señala el estudio, sobre todo en lo referente al precio de los pasos, que, según la OCU, "hacen que el coste de las llamadas sea desorbitado y llegue incluso a suponer el 194 por ciento de incremento sobre el precio autorizado".

Pero si los teléfonos de bares y demás establecimientos son fraudulentos, las cabinas que hay por la calle no lo son menos, sobre todo las de pago previo y posterior, que son muy propensos a estar averiados y la duración e las llamadas es algo baja. La OCU pide su sustitución por los llamados teléfonos modulares, que son los que aceptan indistintamente tarjetas y monedas.

Según la OCU, los teléfonos modulares obtuvieron unos resultados buenos en general y dieron pocos problemas, a excepción del sistema de pago de las tarjetas de Telefónica, cuya unidad mínima está establecida en 5 pesetas, de manera que el importe de la llamada siempre se redondea hasta el múltiplo de cinco superior.

Para corregir todos estos frades y deficiencias, la OCU exige la instalación de teléfonos que devuelvan cambio, que la unidad de cómputo de las tarjetas de teléfonos sea el precio del paso vigente, que se cumpla la obligación de indicar el recargo del 35 por ciento en los teléfonos públicos y que las autoridades competentes controlen y sancionen a quienes cometen fraudes.

(SERVIMEDIA)
03 Ene 1994
NLV