La OCU reclama una "absoluta libertad de horarios comerciales", por entender que "en una economía de mercado es éste y no los poderes públicos a través de una regulación quien decide, en función de la oferta y de la demanda, dónde y cuándo comprar".

Segn la organizacón de consumidores, el decreto ley "tiene un carácter absolutamente arbitrario, ya que no existen razones objetivas que sustenten la apertura como mínimo de 8 domingos o días festivos al año, como medida ideal, auténtica tabla de salvación, para el comercio minorista español".

Además, la OCU considera que "las excepciones previstas en el decreto ley respecto a las zonas turísticas ponen a disposición de los gobiernos autónomos un cajón de sastre", al tiempo que asegura que la normativa arobada por el Gobierno convierte al consumidor "en rehén de los comercios".