Laboral

La OCDE elogia el mecanismo de los ERTE en España aunque pide mayor simplificación y potenciar la formación

MADRID
SERVIMEDIA

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) considera que el modelo español de los ERTE que se puso en marcha para salvar empresas y empleos en lo peor de la pandemia de covid-19 es un “ejemplo de buenas prácticas” que se consolidó con la reforma laboral de 2021, aunque cree que se pueden introducir mejoras como una mayor simplificación de su funcionamiento y potenciar más la formación de los trabajadores afectados.

Estas son las principales conclusiones del informe ‘Preparando el ERTE para el futuro. Evaluación del apoyo a la retención del trabajo en España durante la pandemia de covid-19’ elaborado por la OCDE y presentado por esta organización en una jornada celebrada este miércoles en el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

El estudio subraya la “importancia” de los ERTE en el mantenimiento de puestos de trabajo y tejido productivo en lo peor de la pandemia y valoró que su diseño llegara sobre todo a los sectores y territorios más impactados por las medidas de restricción social puestas en marcha para luchar contra la propagación del virus.

También resalta que el uso de los ERTE se fue reduciendo hasta niveles “insignificantes” a principios de 2022. A su juicio, es “tranquilizador” y sugiere que los ERTE “no desaceleró significativamente la reasignación de puestos de trabajo de empresas de baja productividad con dificultades estructurales a empresas de alta productividad con buenas perspectivas de crecimiento”.

Los resultados indican, según la OCDE, que el mecanismo de los ERTE “fue altamente eficaz en la preservación de puestos de trabajo” y que la reducción de los requisitos de cofinanciación para las empresas con poco menos de 50 empleados aumentó la tasa de aceptación en 4,5 puntos porcentuales de media durante el período comprendido entre marzo de 2020 y agosto de 2021, mientras que aumentó la tasa de retención del empleo en 3,3 puntos.

En conjunto, estas estimaciones implican que los efectos de peso muerto —apoyo a los puestos de trabajo que se habrían mantenido de todos modos o que no podrían haberse salvado incluso con apoyo— fueron modestos, y ascendieron a alrededor del 25 % de sus costes totales.

“Los efectos del ERTE sobre el empleo son aún mayores si se tiene en cuenta su papel en la prevención de los efectos de congestión que surgen cuando muchos solicitantes de empleo compiten por un número limitado de vacantes durante una recesión económica. En consecuencia, el efecto del ERTE sobre el empleo agregado es superior al de la asimilación. Esto implica que el saldo presupuestario del apoyo a la conservación del empleo fue positivo, es decir, el coste del apoyo al empleo se compensó con creces con menores gastos en prestaciones por desempleo y mayores ingresos fiscales”, argumenta este organismo internacional.

En suma, la OCDE indica que el ERTE ha sido un “gran éxito” y la reforma del mercado laboral pactada entre el Ministerio de Trabajo con los sindicatos y la patronal en 2021 ya introdujo “cambios importantes” para seguir mejorando la eficacia del ERTE a la hora de apoyar la resiliencia del mercado laboral.

No obstante, el informe ofrece una serie de consideraciones que podrían ayudar a seguir afinando el diseño del ERTE en el futuro, como aumentar la sencillez del mecanismo. “Si bien la solicitud de mantenimiento del empleo ha sido relativamente sencilla desde al menos el inicio de la crisis de la COVID-19, el diseño del régimen sigue siendo relativamente complejo y ha cambiado en numerosas ocasiones. Esto reduce la legibilidad del régimen por parte de las empresas y los trabajadores y la eficacia de contar con un régimen bien diseñado”, advierte.

Asimismo, el estudio reconoce que la formación durante la reducción del tiempo de trabajo ya se promueve activamente mediante el uso de incentivos financieros en forma de exenciones adicionales de las cotizaciones a la seguridad social. Pero piensa que se puede ir más allá, exigiendo que la formación se haga por entidades externas a la empresa y que se realicen evaluaciones de los resultados.

Por otra parte, explica que España utiliza activamente los requisitos de cofinanciación para las empresas con el fin de mejorar la orientación de la ayuda a las empresas con dificultades temporales. Sin embargo, precisa que “un problema potencial” de la cofinanciación es que no solo reduce el apoyo a las empresas con dificultades estructurales, sino también a aquellas con limitaciones temporales de liquidez.

Para abordar esta cuestión, insta a considerar la sustitución de la cofinanciación directa por la calificación de la experiencia, en la que las futuras cotizaciones a la seguridad social se basan en el uso del ERTE en el pasado reciente.

Finalmente, la OCDE asegura que los ERTE no pueden ser “una solución a todos los problemas durante una profunda recesión “económica. Por lo tanto, considera que es importante garantizar que los trabajadores para los que el ERTE no está disponible o tiende a ser menos eficaz, como los autónomos, los trabajadores temporales y los empleados de empresas con dificultades estructurales, tengan acceso a una ayuda efectiva a la renta por desempleo.

(SERVIMEDIA)
30 Oct 2024
DMM/gja