El estudio, publicado en "Heart journal", se ha desarrollado durante veinte años en más de 1.400 hombres del Reino Unido, que en principio fueron analizados por sus hábitos obsesivos, como la excesiva meticulosidad o el disgusto por los cambios repentinos. Durante estas dos décadas, 127 pacientes -que padecían un especial alto grado de obsesión y de ansiedad- murieron de ataques al corazón.

En opinión del grupo de investigadores, se necesita realizar un mayor trabajo para halar la manera de prever el incremento del riesgo de padecer problemas cardíacos. Uno de los objetivos para las próximas fases del estudio será examinar los efectos psicológicos. "Generalmente, los hombres con problemas psicológicos no suelen ir al médico, y si no van tampoco ven el problema", afirma Andy Haines, uno de los investigadores.

Los hombres examinados tenían entre 40 y 64 años y no estaban bajo tratamiento médico. Cuando comenzaron el estudio no padecían de problemas del corazón, aunque entr los que tenían mayores índices de ansiedad el riesgo de morir a causa de un ataque al corazón se situaba en un 8 por ciento más.

Determinadas fobias también fueron la razón del incremento del riesgo de ataques, pero sólo en el caso de los hombres que fallecieron durante los diez primeros años del estudio. Otros factores de riesgo fueron fumar, la edad o la clase social.

Respecto al estudio holandés, se realizó sobre 2.900 pacientes de entre 55 y 85 años durante cuatro años y medio. Los investigaores comprobaron que entre los pacientes que no habían tenido problemas cardíacos, los síntomas de depresión cuadruplicaban las posibilidades de padecer enfermedades relacionadas con el corazón.