Yolanda Fresnillo, investigadora del ODG, declaró hoy a Servimedia que "cancelar la deuda no interesa porque interesa mantenerla políticamente". Fresnillo puso como ejemplo a Pakistán, al que se le ofreció condonar su deuda "cuando EEUU necesitaba utilizar sus bases" en la guerra contra el régimen talibán.

Otro ejemplo más cercano, apuntó esta investigadora, es el de Bolivia, al que "se le puede hacer una especie de chantaje para que la crisis que atraviese se resuelva de una forma determinada y, entonces, se le perdonaría la deuda". Por eso, añadió Fresnillo, "creemos que es más un mecanismo político que económico".

En España, señaló Yolanada Fresnillo, ha hecho lo que se llama conversión de deuda por inversiones privadas para hacer que las empresas españolas entren en esos países pobres. En ese caso, "lo que haces realmente es ayudarte a ti mismo", apostilló.

CAMPAÑA "QUIEN DEBE A QUIEN"

Desde la campaña "Quién debe a quién" se pide la cancelación de toda la deuda que se considera ilegítima que se ha generado a raíz de la violación de derechos humanos.

Como explica Fresnillo, que también forma parte de la misma, esta deuda es la generada por regímenes políticos, por la compra de armas o proyectos que han impactado en el medio ambiente. "Es decir, toda aquella deuda que en su generación o en su gestión ha implicado la violación de derechos humanos, por tanto, consideramos que esa deuda se tendría que cancelar no ya por una cuestión de solidaridad, sino por una cuestión de justicia", explicó.

Asimismo, desde esta iniciativa piden también la cancelación de todas las deudas que son impagables. "El país en cuestión, antes de pagar la deuda, tiene que poder cubrir las necesidades básicas de su población", añadió. Estas necesidades son la seguridad alimentaria, acceso al agua potable, acceso a la educación, a la sanidad, entre otros.