Respecto a los cambios en la Dirección General de la Policía, Olivares cree que "forma parte de la normalidad democrática en el funcionamiento de las instituciones, porque la permanente renovación y adaptación responde a las demandas sociales".

"Eso implia", dijo, "la temporalidad en el desempeño de los cargos públicos porque la permanencia dilatada en el tiempo te puede quitar las inciativas e ilusiones con las que llegas".

Olivares llega a la Dirección General de la Policía con el respaldo de los sindicatos del Cuerpo, que en los últimos días le calificaron de "muy dialogante" y "capaz de hacer cosas muy buenas".

A su juicio, la labor desarrollada por los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado "es fundamental, porque son unos profesionales mgníficos que prestan un gran servicio a la sociedad".

"Y para desarrollar esta labor", continuó, "son necesarios el mayor consenso posible y un diálogo fluído con las organizaciones sindicales. Con este afán voy".

Olivares manifestó sentirse satisfecho de sus 10 meses al frente de la Delegación de Castilla y León, y explicó que "aunque hemos pasado por un periodo en el cual la crisis económica ha azotado a toda España, hemos conseguido la solidaridad entre las regiones".

Sobre sus relacionescon el Gobierno castellano-leonés, señaló que "he hecho todos los esfuerzos posibles para que existiera coordinación y colaboración, aunque me hubiera gustado que hubiera habido más, pero no se cuál ha sido la causa".

Olivares acaba de cumplir 39 años, está soltero, es licenciado en Químicas y perteneció a la Federación Sindical de UGT. Posteriormente fue elegido concejal del Ayuntamiento de Burgos, ciudad de la que es natural, y de ahí pasó a desempeñar las funciones de gobernador civil en Avila.

A la Delegación del Gobierno de Castilla y León llegó procedente de la de Extremadura, y durante su temporada al frente de aquella institución recibió fuertes críticas por su dureza en algunos sectores.

En los úlitmos meses ordenó el desmantelamiento de las redes de prostitución de la región con el cierre de varios establecimientos en las provincias de Valladolid, Palencia y Zamora. El sector hostelero se quejó reiteradamente de su "mano dura" a la hora de regular el cierre de pubs y bares a primerashoras de la madrugada.