Zarraluqui se refería así a la petición de los obispos españoles para los que abogados y jueces no tramiten divorcios, propuesta que recoge el Directorio de Pastoral Familiar de la Iglesia en España.

"Los juecestienen que obedecer el ordenamiento jurídico español" que contempla el divorcio, y recordó que la primera iniciativa en el Parlamento español sobre esta cuestión fue de un diputado democristiano de UCD.

En este sentido, subrayó que "la regulación del divorcio en el orden civil ha pasado por el Parlamento, tiene absoluta legalidad y en tanto que españoles que estamos en un Estado aconfesional no tenemos más que obedecer la ley".

Tras dejar claro que la Iglesia tiene derecho a opinar sobre estas custiones, Zarraluqui expresó su discrepancia sobre algunas conclusiones de ese directorio, en concreto, la que relaciona la revolución sexual con la violencia doméstica.

Así, comentó que los malos tratos físicos y psíquicos en el matrimonio siempre han existido y, precisamente, la religión católica ha impedido a muchas mujeres denunciar su situación y solicitar el divorcio.

"La violencia familiar viene de antiguo y hoy, afortunadamente, se viene combatiendo con mayor descaro. La sociedad la rechaz abiertamente", destacó.

Finalmente, Zarraluqui concluyó que "yo no creo que la revolución sexual o los cambios sexuales sean responsables de la violencia doméstica".

"Los problemas que pueda tener la familia y, sobre todo, la convivencia de los seres humanos son problemas sociológicos que obedecen a muchas causas. La Iglesia insiste en su catecismo, que está en su derecho, pero tambien hay un derecho a discrepar", recalcó.